Jesús realizó su primer milagro en una boda, convirtiendo el agua en buen vino, porque cree que el matrimonio es hermoso y digno de celebración. El amor matrimonial representa el amor entre Jesús y su Iglesia, ya que ambos cónyuges están llamados a dar sus vidas por el otro y por sus hijos (Jn 15,13). En la familia, el marido, la esposa y los hijos se enseñan unos a otros cómo amar, alcanzar su potencial pleno y vivir para los demás, cualidades que se necesitan urgentemente en nuestro mundo actual.
Por la iniciativa Qué Brille el Amor, los obispos de California invitamos a todas las familias católicas a dejar brillar su amor en el mundo: los padres de familia, abuelos, hijos, cónyuges, hermanas y hermanos. Esta iniciativa abarca reflexiones mensuales, oraciones, videos y otros materiales para ayudar a las familias a convertirse en testigos del amor de Dios.