El término “anulación” es un nombre inapropiado porque la Iglesia no deshace ni borra un vínculo matrimonial. Más bien, la Iglesia emite declaraciones de nulidad cuando descubre que las partes no estaban realmente unidas por Dios y, por lo tanto, no estaba presente un matrimonio sacramental espiritual completo como lo entiende la Iglesia.

Las personas que han recibido una declaración de nulidad han expresado sentimientos de alivio, plenitud y sanación como resultado del proceso. Para aquellos que se han vuelto a casar fuera de la Iglesia, una Declaración de Nulidad brinda la oportunidad de ejercer todos los privilegios, recibir la gracia que ofrecen los sacramentos y restablecer un vínculo más cercano con la comunidad. Este es un proceso de comprensión, sanación y de hacer que la justicia y la compasión de Dios estén más disponibles para la persona divorciada.

Puedes acercarse a su párroco, sacerdote/diácono o al laico de su parroquia que haya sido capacitado en el proceso. Si encuentras dificultades en su propia parroquia, puede buscar una referencia directamente del Tribunal.

El tiempo varía de diócesis a diócesis, dependiendo del número de peticiones pendientes, la cooperación de las partes involucradas y las circunstancias específicas.

Todos tienen derecho de petición. Que esa petición pueda ser concedida depende de la existencia de motivos de la nulidad reconocidas y de la prueba de las mismas.

Para más información sobre anulaciones, por favor contacte a su párroco sobre el proceso de Declaración de Nulidad o al Tribunal Matrimonial de la Arquidiócesis de Los Ángeles al (213) 637-7245.